Destierro

Andando a diario 3:23 p.m.

 

Lléndome lejos
donde muere la muerte, muerta de miedo,
donde las golondrinas no vuelven del verano,
donde las nieves se queman en la ausencia de tus besos.

Allá dónde tu memoria es olvido perenne,
imperfecto como el nudo que una vez nos ató,
cuando elegiste tu paz a mis infiernos
que no eran otra cosa que anhelos mal curados.

Lléndome lejos
al abismo donde entierras lo que mas has querido, 
al que más y peor te ha amado.

Deseo con L de lunar

Del tintero 10:32 a.m.
Tengo las manos llenas de ganas de tocarte, 
y de besos, los labios rebosantes, 
para deslizar sobre tu cuerpo con tacto de serpiente, 
perderme así en tu mapa estelar de lunares 
descubriendo aquellos que tú misma desconoces. 
Y confesarte que te deseo cuando me alcanza la madrugada 
y deseo que tu piel sea mi luna, 
que tu aroma sea el aire que respiro
y mi sudor no se distinga del tuyo
cuando nuestras miradas cómplices 
se enreden entre mordidas y caricias 
abriéndose camino a nuestros abismos. 
Que tus muslos sean mi cárcel 
y tus pies corran del olvido, 
que las ganas de tanto tiempo
las derrames en una noche conmigo. 
Y que dormir desnudos y abrazados 
sea la forma más dulce de pronunciar nuestros nombres 
cuando hagamos de la mañana el inicio de una nueva noche. 

Embelesamiento

Como yo lo recuerdo 11:18 a.m.

Desde cuándo las Diosas yacen con los hombres? O peor aún, con escritores que no han terminado nunca nada? Y sin embargo ahí estaba yo, mordiendo la parte interna de sus muslos, apretando con mis manos cada extremo de su cadera y respirando el dulce olor de sus jugos que escapaban, incontenibles. Sus ojos brillaban en la oscuridad, lo juro, aunque no debería de sorprenderme, no era de ésta Tierra. El lecho ardía. Su cuerpo me consumía, me absorbía y nada más tenía cabida, ni siquiera el tiempo, en ese espacio sagrado. Sólo sudor, labios, su vulva incandescente, mi falo empapado, su cabello en cascada sobre mi cara, sus pezones coronados por mi saliva. Y sus manos, tapando su propia boca, para evitar desgarrar, con un grito, la madrugada. 

Tras de ti

Andando a diario 11:52 a.m.
Voy tras de ti, torpe, como el tarro con más espuma que cerveza, descuidado, como la ceniza que cae sobre la mesa, ausente, como tus besos en mi pañuelo.

Y voy así, como un burel en la curva de Correos, sumando mas errores que aciertos, agotado por tus mensajes sin concierto.

Y por una bossa nova camino a tientas, sacudo como pulgas mis manías, sobre la costra de mi egoísmo adheridas.

Quiero decirte amor

Del tintero 9:17 p.m.

Amor, quiero decirte Amor, amor mío a todas horas, a deshoras,
navegando en la seguridad de tus ojos o naufragando en tu cuello, enredado en tu cabello.

Quiero ser al que llamas cuando te asalte el insomnio y hablar de todo hasta que te quedes dormida, escucharte respirar al otro lado de la línea, mientras imagino la maravilla que debe ser despertar a tu lado cada día por el resto de mis días.

Faro

Del tintero 9:33 a.m.

Faro. La palabra acude vagamente a mi memoria. Se difumina como la luz en la niebla. La imagen es mas tenue todavía. Cada vez que intento recordar, que intento en vano regresar a esos días, sucede igual. No sé ni cual faro es o donde se ubica. No tiene nada de particular. Pero este faro, ó ésta imagen de faro que apenas se distingue, ésta idea de un faro que no alcanza a formarse plenamente, arrastra todos mis pensamientos igual que el oleaje que rompe estrepitosamente a sus pies. Con su desbordante soledad, guía de todos menos de sí mismo. Frustrante. Como toda vez que uno se pierde en calles desconocidas. Peor aun es perderse en los propios recuerdos. Y ni siquiera la luz del hipotético faro desvaneciente logra, aunque sea por un breve momento, deslizar un toque de alivio.

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