La yarda extra

Andando a diario 4:04 p.m.
Soy un gran aficionado al football americano, es el único deporte que realmente me apasiona. El basketball me gusta, igual el baseball. El soccer me aburre, por mediocre, por conformista, por tener tan pocas lecciones que ofrecer, pero ese es otro tema. En el football al contrario, aparte del nivel de juego, de atletismo, de estrategia, es el deporte que mas alegorías le encuentro con la vida diaria y ya iniciada la temporada este año, hay una lección particular de esfuerzo, coraje y dedicación, que quiero compartir y le llamo: la yarda extra. Cada año cientos de jugadores universitarios se quedan sin ser seleccionados para convertirse en profesionales. Cada temporada muchos profesionales son relegados a la banca mientras son sustituidos por un jugador que hace por su equipo un poco mas. Ese poco mas es tan solo un buen hábito. Un corredor acarrea el ovoide un promedio de 320 ocasiones durante una temporada. Y se considera que ganar 1000 yardas es el mínimo requerido para mantener su posición titular. No todas las jugadas dan una ganancia de yardas ni todos los equipos tienen una ofensiva basada en el ataque terrestre. Sin embargo contar con 320 oportunidades para demostrar porque se está ahí no deben desaprovecharse para marcar la diferencia. Si en cada jugada el corredor empuja o arrastra un poco mas, aun cuando ya está detenido, aun cuando tiene una barrera de casi una tonelada de peso frente a él, cuando el golpe duro es inevitable y busca esas 36 pulgadas de mas, esa yarda extra, las cosas mejoran significativamente en todos los aspectos de su carrera. Si en 200 de esas 320 jugadas consigue sólo una yarda más, con un esfuerzo extra, cuando parece que la jugada podría terminar, estará asegurando el 20% de su cuota mínima o bien aumentando su promedio anual. El equipo contrario se cansará concentrando sus esfuerzos por detenerlo, su público lo admirará por su hazaña, su propio equipo lo protegerá mejor y lo apoyará incondicionalmente, y por supuesto su contrato y sus bonos serán mas atractivos. Porque no buscar en nuestro día a día esa yarda extra? El esfuerzo último cuando parece que ya terminó lo que estábamos haciendo. Para el jugador profesional no es necesario esperar hasta el siguiente juego, cada jugada vale para hacerlo. Igual en nuestra vida, en cada tarea cotidiana, en cada decisión que tomemos, acostumbrarnos a conseguir la yarda extra, empujando, jalando, estirándose un poco más, siendo mejores. Antes de entregar el informe anual del departamento que ha llevado muchas horas de trabajo, agregar una yarda extra con tres tipos de gráficas. Si tocó lavar los platos, agregar la yarda extra sacando la basura. La yarda extra es irme a dormir a las seis de la mañana haciendo pronósticos deportivos y levantarme a las siete a darle de desayunar a Emilia, mi hija. Siempre voltear alrededor, localizar que se puede mejorar y dedicarle todo lo necesario. Es tan solo un buen hábito, pero todo el talento para ejecutar una jugada queda opacado por el esfuerzo de conseguir la yarda extra y eso es lo que diferencia a los jugadores que están en el salón de la fama de los que fueron olvidados en la banca, porque una yarda extra puede definir un campeonato completo.
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