Y anoche me desperté llorando

Al vuelo 12:16 p.m.

Y anoche me desperté llorando y lloré el resto de la noche
y lloré el miedo y lloré todas mis voces
y no me dolió el relámpago en el que llegas y con el que partes mi vida
no era dolor ni angustia, era la vida que daba su toque de tambor en cada poro de mi piel al vibrar con la tuya
y era el susto de ya no tener miedo
y verme ante ti tan grande y tan pequeño al mismo tiempo
y era la realidad de mi deseo

Todo es personal

Al vuelo 1:34 p.m.

Lo contrario es un pretexto, un permiso para joder a alguien o que alguien nos joda presentando un carnet que diga "negocios" o "procedimientos y reglas" y rematan con la odiosa disculpa "no es personal". 

Al final del día, cuando estoy conciliando el sueño, yo soy la única persona afectada o beneficiada por mis decisiones y las acciones, intencionales o no, de los demás. Y el único responsable también del beneficio o daño que causé. 
Creo que la calidad en las relaciones humanas no se deben de restringir por las reglas sociales, laborales o de ninguna clase, sin excepción. Mientras la interacción cotidiana continúe dándose entre personas, son estas mismas personas las que valoran a su contraparte y deciden como tratarla. Que esto les requiera tener iniciativa, sentido común y un grado mínimo de inteligencia es algo que no todas van a poder cumplir, por supuesto, es una utopía pensar lo contrario, y más aún cuando este trato personal les invite a pasar ciertos límites y romper o al menos doblar alguna regla. 

Sin embargo ya sea por interés propio o por deber, el trato cuando no es servicial y benéfico para ambas partes, es irresponsable disculpar su resultado defectuoso a circunstancias externas. No hay perjuicio que valga excusar por cuestiones trilladas como "solo son negocios", "así son los procedimientos", "el reglamento es estricto" entre otras. Esto es un abuso. 
Y prefiero perder la cabeza pero no agacharla.
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