Antes de que despiertes

Del tintero 2:22 a.m.
El primero cayó sobre tu vientre, como una gota de rocío matinal que se desliza desde un pétalo y revienta en el suelo. Despertaste, pero no abriste los ojos. Esperaste, con la respiración contenida. El segundo beso fue un poco mas tímido, hacia el filo de tu cadera, se derramó como la gota de agua que anuncia la inminente lluvia. La habitación aun no amanecía, pero tu piel despertaba. El tercer beso, mas atrevido, que al despegar mis labios, pude oler tu perfume secreto. Y te moviste entonces, con tu suave sonrisa, invitándome a continuar. Y la punta de mis dedos siguieron el rastro de mi boca, con la caricia que te abre como una flor. Y sabiendo que ya no voy a detenerme, te delatas ansiosa, y tu tacto se vuelve urgente. Tus manos sujetando mi cabello, para que no escape, para que no me pierda sin rumbo al sur de tus piernas. Y morena tu piel, de sabor azucar canela. Y muerdo y beso y busco y descubro de nuevo cada poro, sigo sin ruta y conquisto y tomo posesión de ese territorio que se eriza. Tu pecho suspira, se detiene, espera y me acepta. Te giro sin esfuerzo, estiras los brazos sobre tu cabeza, buscas donde sujetarte como si ese acto te mantuviera en la tierra. Escribo con la punta de mi lengua, una palabra secreta sobre tu espalda. Y hundo mi cara en tu cabello, buscando tu cuello, para morderlo y succionarlo, como un vampiro sediento de ti. Y el fuego me sube hasta la cara, cuando llevo mis manos desde el bajo de tu cintura hasta tu entrepierna, y antes de llegar puedo ya percibir el calor y la humedad que me van a devorar, a consumir, a esclavizar. El tatuaje que tengo con tu nombre cobra doble sentido cuando roza tu piel, que recibe la primer luz de la mañana.

Luna tendida

Al vuelo 9:22 p.m.
Hoy 
al terminar la lluvia 
encontré una luna tendida sobre la acera.
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