Incapaz de sentir lástima...

Andando a diario 9:10 p.m.
...por las personas, definitivamente. 
No soy un insensible, pero las situaciones por las cuales una persona puede sufrir no me provoca lástima alguna.
Puedo ayudarla si me lo solicita, pero no comparto su sufrimiento ni frustración.

Creo que todo lo que nos sucede tiene una causa, que casi nunca alcanzamos a comprender. Aun en las personas mas inocentes en sus intenciones, su destino incluye obstáculos que deben de superar. Unos más difíciles que otros. Y cada persona puede sentarse a lamentarse o pararse a buscar soluciones. Unas mas difíciles que otras. 
En mi experiencia he visto muchas veces como las personas utilizan la lástima como su mejor modelo de chantaje. O como el lecho suave y acolchado sobre el cual dejarse caer. Y es que demostrar lástima por los demás es bien visto, porque a los ojos de la sociedad se convierten en una persona noble, sensible. Una mierda. La lástima es un lastre y no permite ser objetivos. La lástima se presta para ser injustos con tal de dejar limpia la conciencia mientras se ayuda al desvalido a continuar desvalido.

La lástima hace irresponsable a quien la padece. Y daña severamente a quien la recibe.

En cama

Tinta seca 2:02 p.m.
Se quedó dormido, recargado sobre las almohadas, casi sentado, el sueño lo venció mientras terminaba el noticiero. Pudieron pasar horas, no entraba luz por la ventana cuando abrió los ojos, le dolía la espalda. Sentía un dolor agudo en la punta de cada vértebra. Trató de incorporarse sin éxito. El dolor le dominaba. Entonces pensó en deslizarse solamente, hundirse más adentro de las cobijas y fue ahí donde notó algo extraño. Estaba... pegado? no, no sería la palabra correcta. Clavado? tampoco, porque en realidad era él quien atravesaba la almohada, cada una de sus vertebras se había transformado en una espina, de tallo grueso y punta aguda, traspasando su piel, la almohada y el dolor lo provocaba el haber llegado hasta la cabecera de madera de la cama. "Ay no, otra vez! otra vez no" alcanzó a murmurar. Quién le ayudaría esta vez a cortarlas? Y lo peor era que tenía que llegar temprano al trabajo.
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