Palabras de arena

Al vuelo 12:29 a.m.


Cuando en esas madrugadas vuelvo a la poesía, como un fiel refugio, como revitalizante coraza, a reencontrarme con prisa, antes de que el amanecer haga sus estragos en mi alma, y las musas tengan que regresar a la oscura cueva húmeda, donde yace la gloria sepultada.


Cuando la palabra 'cuando' pierde sus pilares, porque el tiempo se vuelve arena movediza, vencido doy la espalda al sol que se levanta amenazante, al saber que el nuevo día me borra de las manos las palabras no engarzadas todavia.


Sombra y polvo permanecen, de polvo y sombra las manos llenas, prematura decadencia, la desesperación de no lograr leer la desgastada estela, de no recuperar su historia, la negativa del sueño de devolver un solo instante, de alargarse sobre mis párpados, para salvarla de verla hundirse en el despertar impávido, despiadado, de la realidad forzada.


Cuesta tanto! Despertar, cuánto me ha costado!

Y por lo tanto

Al vuelo 2:35 p.m.


Pienso que te pienso más de lo que debería,
creo que te creí más de lo que merecias,
lo que no me dabas te lo di en demasía,
la ira de tus labios fue hidromiel en mi sequía

Y por lo tanto, sin exagerar,
te sueño cuando no puedo evitarlo,
cuando me descuido y amanezco
en mitad del tormento de no querer tenerte
y sufrirte, por si acaso, evito cerrar los ojos,
para no soñarte nuevamente.

Y por lo tanto, no iría a tu encuentro
aún cuando me fuera la vida en ello,
y que me sobre éste espacio libre de abrazos
para afrontar la madrugada, es un alivio.

El hueco en mi librero arde más
que tus sentencias y exageraciones,
tu afán de acusarme exactamente de
las mismas acciones que cometias,
y por lo tanto, recuperar lo perdido
va más allá del tiempo y emociones.

Me faltaba tanto por crecer
pero estaba entero, firme y avante,
y por lo tanto, confíe y me permití
ser vulnerable, abrí mi garganta
además de mi corazón y lo que gané
fue tu burla y desdén, me perdí
persiguiendo tu sueño, aún cuando
me ahogaba sin posibilidad de rescate.

Y en éstos extraños momentos
donde vuelvo a mí y hay recuento
de tus reproches por no haber tenido
suficiente sufrimiento en mi vida,
porque mi palabra valía,
por tener conciencia y un solo rostro,
y asumir mis desatinos a los que me vi
orillado a cometer por no discutir.

Y por lo tanto, hoy me sobran madrugadas,
la música me eleva nuevamente del suelo,
el espejo me devuelve mi rostro
sin coraje ni arrepentimiento,
y respiro aliviado al comprender
tu peso verdadero y tu valía.

Versos arrebatados al amanecer

Al vuelo 11:25 p.m.

 


Brindamos con licor de estrellas por la dudas
que suelen perseguír a las rutinas,
arrebatando versos a mansalva
en el callejón donde huye la madrugada.

Y así tuvimos que correr, de las musas
que arrancan jirones de la piel,
de los días que llegan a naufragar
en los puertos, soñando con zarpar.

Y en otras orillas, allá donde no llegan
mis costillas, donde el absurdo de la vida,
no ha lamido mis heridas

Allá me veré un día, cara a cara
con mi propia despedida.
Una media sonrisa, una lágrima vacía.

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